Solía despertar sin energía, como si no hubiera dormido en absoluto. A medida que pasaban las horas, me sentía más agotada, y hasta las tareas más simples se volvían pesadas. Mi ropa ya no me quedaba como antes, y me veía al espejo sin reconocerme. Sabía que necesitaba hacer algo.
Fue entonces cuando mi hermana me habló de un truco matutino que ella había empezado a hacer. Al principio no le di mucha importancia, pero después de verla tan radiante, con más ánimo y ligera, decidí probarlo.
A la mañana siguiente, en vez de tomar solo agua, preparé un vaso con una mezcla natural que ella me enseñó. No me tomó más de 10 segundos. Parecía un detalle sin importancia… pero pronto noté algo distinto:
Con el paso de los días, mi energía fue aumentando. Lo más lindo fue que empezaron a llegar los elogios. “Te ves diferente, más feliz”, me decían. Y era cierto. Me sentía más ligera, con ganas de moverme, de hacer cosas que había dejado de lado por puro cansancio.
Y todo empezó con una decisión simple cada mañana.
¿Te gustaría conocer este ritual que tantas mujeres latinas están adoptando?